“La verdad es que en el día de hoy me he sentido profundamente emocionado al ver esta fuerza que se ha dado cita en este lugar, y que fuera de este recinto es dos veces mayor que las que se encuentra dentro.
Reina en este lugar una inmensa alegría, un profundo regocijo que es fácil percibir. Pero, naturalmente, este acto que realizamos no es un episodio aislado, no es un hecho que ocurre por azar, es el resultado de un proceso histórico que se inició en el año 1996, cuando el doctor Joaquín Balaguer pasó la antorcha a una nueva generación de dominicanos".
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Desde entonces lo que ha habido es un proceso continuo de acercamiento entre la dirección del Partido de la Liberación Dominicana y la fuerza histórica del balaguerismo; y eso ha permitido solidificar las relaciones personales de amistad y el compartir una visión única de mejor futuro para República Dominicana.
Yo recuerdo vivamente cuando solía visitar al Presidente Balaguer, durante el proceso electoral de 1996 que en privado, en forma reiterativa y enfática siempre me decía: "Tenemos que hacer todo lo que sea humanamente posible para que el camino malo no pase en República Dominicana."
Y así vencimos en el 1996, y. cuando una vez mas las fuerzas históricas del balaguerismo actuaron mancomunadamente con el Partido de la Liberación Dominicana, en el año 2004, ganamos en el primer boletín de la Junta Central Electoral.
Cuando por algún motivo, por alguna razón que no es el caso examinar en estos momentos, fuerzas vinculadas históricamente a lo que ha simbolizado el doctor Joaquín Balaguer han preferido hacer causa común con el Partido Revolucionario Dominicano, lo que ha ocurrido es la derrota, como sucedió recientemente en las elecciones congresuales y municipales del año 2006.
La vinculación eventual o posible de sectores que en algún momento estuvieron vinculados al doctor Joaquín Balaguer con el Partido Revolucionario Dominicano, ha sido una equivocación que el pueblo ha castigado, proporcionándoles una derrota; pero cada vez que es una relación entre el balaguerismo histórico y el Partido de la Liberación Dominicana, es una victoria aplastante en beneficio del pueblo dominicano.
Cuando retornamos al gobierno, en el año 2004, República Dominicana estaba atravesando uno de sus momentos más calamitosos, de mayor angustia y de mayor incertidumbre. Hemos vuelto a recuperar la estabilidad, hemos vuelto a recuperar la confianza y ha reactivar el crecimiento económico de este país. Pero necesitamos consolidar eso en los próximos cuatro años.
Reina en este lugar una inmensa alegría, un profundo regocijo que es fácil percibir. Pero, naturalmente, este acto que realizamos no es un episodio aislado, no es un hecho que ocurre por azar, es el resultado de un proceso histórico que se inició en el año 1996, cuando el doctor Joaquín Balaguer pasó la antorcha a una nueva generación de dominicanos".
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Desde entonces lo que ha habido es un proceso continuo de acercamiento entre la dirección del Partido de la Liberación Dominicana y la fuerza histórica del balaguerismo; y eso ha permitido solidificar las relaciones personales de amistad y el compartir una visión única de mejor futuro para República Dominicana.
Yo recuerdo vivamente cuando solía visitar al Presidente Balaguer, durante el proceso electoral de 1996 que en privado, en forma reiterativa y enfática siempre me decía: "Tenemos que hacer todo lo que sea humanamente posible para que el camino malo no pase en República Dominicana."
Y así vencimos en el 1996, y. cuando una vez mas las fuerzas históricas del balaguerismo actuaron mancomunadamente con el Partido de la Liberación Dominicana, en el año 2004, ganamos en el primer boletín de la Junta Central Electoral.
Cuando por algún motivo, por alguna razón que no es el caso examinar en estos momentos, fuerzas vinculadas históricamente a lo que ha simbolizado el doctor Joaquín Balaguer han preferido hacer causa común con el Partido Revolucionario Dominicano, lo que ha ocurrido es la derrota, como sucedió recientemente en las elecciones congresuales y municipales del año 2006.
La vinculación eventual o posible de sectores que en algún momento estuvieron vinculados al doctor Joaquín Balaguer con el Partido Revolucionario Dominicano, ha sido una equivocación que el pueblo ha castigado, proporcionándoles una derrota; pero cada vez que es una relación entre el balaguerismo histórico y el Partido de la Liberación Dominicana, es una victoria aplastante en beneficio del pueblo dominicano.
Cuando retornamos al gobierno, en el año 2004, República Dominicana estaba atravesando uno de sus momentos más calamitosos, de mayor angustia y de mayor incertidumbre. Hemos vuelto a recuperar la estabilidad, hemos vuelto a recuperar la confianza y ha reactivar el crecimiento económico de este país. Pero necesitamos consolidar eso en los próximos cuatro años.
Por eso decimos que para que reine la paz en República Dominicana necesitamos cuatro años más. Para que haya progreso en República Dominicana necesitamos cuatro años más. Para que haya bienestar social, necesitamos cuatro años más.
Para que en República Dominicana se consolide la democracia y la libertad, necesitamos cuatro años más. Y eso se logra con una alianza indisoluble entre el balaguerismo histórico y el Partido de la Liberación Dominicana.
Yo he estado en contacto directo, cercano, próximo, con muchos dirigentes del balaguerismo histórico en los últimos meses y veo también multitudes de balagueristas por todas partes, y observo un elemento común: veo que sus ojos brillan de manera fulgurante y que hay una sonrisa en sus labios, que es el pronóstico de un triunfo electoral como lo saben vaticinar siempre los balagueristas.
En el 1996, ciertamente está ese acontecimiento histórico imborrable, de alzar la mano y pasar la antorcha, pero aunque el doctor Balaguer nunca me lo dijo en forma expresa, yo siempre lo he entendido como un mandato implícito: me siento en la obligación moral de ser el representante de las fuerzas históricas del balaguerismo; por consiguiente, no puede haber desamparo ni desprotección en un gobierno del Partido de la Liberación Dominicana para las fuerzas históricas del balaguerismo.
Un próximo gobierno nuestro, es un gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, de las fuerzas aliadas, del movimiento balaguerista histórico y de todo aquel que de manera sincera, real, luche por un mejor destino para República Dominicana.
Mantengamos nuestra fe incónume, pensando siempre en un mejor destino para nuestro país; trabajemos infatigablemente de aquí al 16 de mayo para que no haya duda alguna de la contundencia de nuestro triunfo electoral, y desde ahora podamos decir: "E` palante que vamos, a paso de vencedores".
Para que en República Dominicana se consolide la democracia y la libertad, necesitamos cuatro años más. Y eso se logra con una alianza indisoluble entre el balaguerismo histórico y el Partido de la Liberación Dominicana.
Yo he estado en contacto directo, cercano, próximo, con muchos dirigentes del balaguerismo histórico en los últimos meses y veo también multitudes de balagueristas por todas partes, y observo un elemento común: veo que sus ojos brillan de manera fulgurante y que hay una sonrisa en sus labios, que es el pronóstico de un triunfo electoral como lo saben vaticinar siempre los balagueristas.
En el 1996, ciertamente está ese acontecimiento histórico imborrable, de alzar la mano y pasar la antorcha, pero aunque el doctor Balaguer nunca me lo dijo en forma expresa, yo siempre lo he entendido como un mandato implícito: me siento en la obligación moral de ser el representante de las fuerzas históricas del balaguerismo; por consiguiente, no puede haber desamparo ni desprotección en un gobierno del Partido de la Liberación Dominicana para las fuerzas históricas del balaguerismo.
Un próximo gobierno nuestro, es un gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, de las fuerzas aliadas, del movimiento balaguerista histórico y de todo aquel que de manera sincera, real, luche por un mejor destino para República Dominicana.
Mantengamos nuestra fe incónume, pensando siempre en un mejor destino para nuestro país; trabajemos infatigablemente de aquí al 16 de mayo para que no haya duda alguna de la contundencia de nuestro triunfo electoral, y desde ahora podamos decir: "E` palante que vamos, a paso de vencedores".
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